Hola amigos.
Aunque ya hace 20 días que ocurrió, no quería dejar de escribir una entrada que reportase el evento astronómico que tuve la gran suerte de disfrutar a principios de mes. Se trata de un fenómeno tan poco habitual que los habitantes de la tierra tan solo podemos disfrutar de él un promedio de dos veces por siglo, en concreto 4 veces cada 243 años…
Me refiero por supuesto, al transito de Venus frente al Sol, del pasado miércoles 6 de Junio, el cual tuve la ocasión de poder disfrutar junto a un reducido grupo de amigos en el privilegiado entorno natural que nos ofrecen los 1700m de altitud del Turò de L´Home, la cima mas alta del Montseny…
Este extraordinario fenómeno se produce cuando el planeta Venus se interpone entre la Tierra y el Sol de manera que podemos apreciar como un pequeño circulo oscuro (Venus) se va desplazando poco a poco por delante de la brillante superficie de nuestra estrella…En realidad lo que estamos viendo es un mini-eclipse de sol provocado por Venus. Por supuesto, dadas las distancias, el tamaño aparente del Sol y de Venus no tienen nada que ver, por eso solamente somos capaces de ver a Venus como un pequeño circulito oscuro transitando la superficie del Sol.
Pero, ¿Que utilidad tiene su observación?. Os preguntareis.
Pues bien, en los tiempos actuales el interés en su observación es más estético que científico, aunque no lo fue así para los esforzados (y a veces poco reconocidos) astrónomos de los siglos XVIII i XIX que utilizaron los datos derivados de la observación de este fenómeno, para calcular por triangulación, la distancia exacta entre la Tierra y el Sol.
¡¡Como podía perderme algo así!!. Un acontecimiento que, con suerte, puedes ver tan solo dos veces en la vida…
El caso es que Jou Medina (Astroamics) hacia días que venia preparando esta expedición histórica (al menos para nosotros…) y todo parecía desarrollarse de manera satisfactoria. Como el Montseny esta declarado Parque Natural y el Turò de L´Home en concreto es zona protegida, Jou tramitó con los responsables del parque, un permiso excepcional que nos permitía acceder con los equipos a la zona de observación… Las previsiones del tiempo eran buenas, el lugar de lo mas adecuado, la compañía de lo mejorcito…
¿Qué más podíamos pedir?
El caso es que el martes por la noche aun no habíamos conseguido confirmar que a la hora convenida el paso a la cima estaría abierto para que nuestra expedición pudiese transitar sin problemas…Así que ni corto ni perezoso, Jou se fue para allá a verificar la situación. Sobre las 12 de la noche envió un mensaje diciendo que, lamentablemente, el acceso estaba impracticable (ya se sabe, son las cosas de tratar con los organismos públicos). Eso cambiaba los planes, ya que desde donde se restringe el paso hasta el lugar de observación hay un recorrido de más de 2 KM…cuesta arriba…Había que adelantar la hora de salida. Así que cargue el coche con los bártulos y a las 3:00 estaba en el Área de Montseny esperando a Jaume, otro de los expedicionarios.
La subida al Turò de noche es complicadilla, pero salvo unos cuantos cruces con unos enormes conejos, no tuvimos mayor problema para hacer el recorrido, desde el área de servicio del autopista, en poco mas de media hora…
Cuando llegamos al lugar de reunión, Jou estaba echando un sueñecillo, así que nos fuimos a comprobar si podíamos hacer algo que nos evitara cargar con los trastos montaña arriba.
¡¡Nada que hacer!! El acceso no podía estar mas cerrado y la cabaña del guarda tampoco.
Decidimos armarnos de paciencia. Así que tras hacer una cuidadosa selección del material a transportar hasta la cima, a eso de las 5:00 con una agradable temperatura de unos 17ºC y con el horizonte Este ya clareando, iniciamos la ascensión…
Nuestra carga: Mi ETX-70, el refractor 90/1000 de Jou, los prismáticos de Jaume y los bolsillos cargados con oculares, filtros, cámaras y baterías. También se unieron a nosotros Alfredo y Silvia, una pareja de Astroamics, que iban cargados con su Nextar.
Aquí podéis ver lo duro de la subida…(si salimos hasta movidooooooooooos).
Y este el paisaje hacia el Este…¿Adivináis cual era el único horizonte con nubes?
…mientras la luna desaparecía por el Oeste, tras la cima.
Una vez llegados al lugar escogido nos dispusimos a montar el equipo con el fin de estar preparados en el momento en el que el Sol comenzase a salir. No podíamos entretenernos mucho ya que el evento tenía una duración prevista de unos 30 minutos contados a partir de que el Sol estuviese a unos 2º o 3º por encima del horizonte. Como para anunciar el orto, empezó a soplar una fuerte brisa, que aunque por un momento llegó a preocuparnos, por suerte no fue a mayores. Mientras tanto y por la cara Este de la montaña, aparecieron Francesc y Gloria, los dos Astroamics que faltaban (¡¡Francesc, muchas gracias por el filtro!!).
Ya estábamos todos, solo faltaban el Sol y Venus…
Aqui me teneis posando para la posteridad..Despeinado pero posando...
Y aquí tenéis al astro rey asomando entre las nubes del horizonte Este...Eran las 6:12!!
Unos minutos mas tarde (6 exactamente), era capaz de captar mi primer y “posiblemente” ultimo transito de Venus…Aquí tenéis la prueba.
Y aquí el detalle…
Si, si, esa manchita oscura que podeis ver en la parte superior derecha del Sol, es ni mas ni menos que el mismísimo Venus.
¡¡CONSEGUIDOOOOOOO!!
Durante el tiempo que duró el transito, el campo de observación fue un no parar de ir y venir entre los diferentes equipos, de comentar lo impresionante que resultaba el fenómeno y de lo especial que era el que nosotros hubiésemos tenido la oportunidad de estar allí para observarlo…
Me imagino que, salvando las diferencias, algo parecido debieron sentir aquellos astrónomos aventureros que en siglos pasados eran capaces de llegar a cualquier lugar del mundo con tal de poder observar y medir este espectacular fenómeno.
Esta vez nos había tocado a nosotros estar allí…y esta foto de familia asi lo atestigua.
Hacia las 7:00 con el transito ya finalizado, empezamos a recoger con calma los trastos.
Creo que en ese momento ninguno de nosotros quería reconocer que aquello ya había acabado, que formaba parte de la historia. Así que durante algunos minutos el ambiente se tornó melancolico, me imagino tambien que como consecuencia de la euforia anterior.
Pero fue algo casi instantáneo...
Enseguida estábamos de nuevo parloteando, haciendo planes para futuras observaciones (no del transito de Venus, por supuesto) y pensando en la llegada al campamento base para reponer fuerzas con un reparador desayuno, mientras una buena parte del mundo aun seguía durmiendo placidamente.
Esta es mi historia…